PODEMOS
En
el panorama político de nuestro país ha irrumpido una nueva fuerza
que lleva como nombre Podemos, con la particularidad de que en pocos
meses, según las encuestas, se ha instalado en el tercer puesto y
sigue subiendo. En las elecciones europeas ha tenido un insospechado
éxito y ha sido la gran novedad, consiguiendo 5 diputados “que se
parecen al pueblo”, como dicen ellos; puede decirse que ahora
Podemos es el partido de moda, como lo reconocen muchas encuestas y
siguiendo por ese camino es posible que alcance muchos otros triunfos
electorales.
En
el escenario que tenemos delante con el total descrédito de las
instituciones y de los partidos políticos, con mucha corrupción e
impunidad, con poco empleo y mal pagado, con mucha mentira y poca
vergüenza, y en término general, con la agobiante situación
económica que padecemos ha llegado este partido con un lenguaje
claro y conciso, poniendo los puntos sobre las íes, señalando las
manchas y grietas que tiene el sistema y como no podía ser de otra
manera, este discurso ha calado profundamente en la ciudadanía
especialmente en los más jóvenes que se ven sin trabajo y sin
futuro y esto ha puesto de los nervios a los partidos tradicionales a
los que Podemos denomina “la casta”.
Pero
es desde el PP y los medios afines, que Pablo Iglesias y Podemos
reciben con mayor frecuencia y más encono toda clase de acusaciones
que van desde llamarle telepredicador y populista hasta proetarra,
castrista, bolivariano y leninista, se trata de una continua
demonización que llega al hartazgo y que por otra parte consigue el
efecto contrario del que persiguen: en vez de hundirlos, los
encumbran . Se demuestra con estas actitudes que se les ha cogido
pánico no porque los de Podemos vayan a comerse a los niños crudos,
sino más bien porque les van a quitar los privilegios, pero sobre
todo, porque están imponiendo frente a la ciudadanía otra manera de
ser y conducirse como políticos.
No
sabemos si podrían llevar a cabo sus ideas en caso de que
consiguieran el poder, seguramente que algunas sí y otras no, pero
desde luego ellos significan un golpe de aire fresco para esta
castigada sociedad.
Artículo publicado en la Revista Vecinos
de Fuerteventura. De Gregorio García Alcalá
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