TURISMO MASIVO CON RECORD ABSOLUTO
Continuamente
estamos escuchando en los telediarios los muchos millones de turistas
que hemos recibido durante el año, a lo ancho y largo del país. Al
parecer esta cifra no para de aumentar, debido tal vez a los serios
problemas que están sufriendo países competidores nuestros, pero al
mismo tiempo observamos que el gasto que hacen estos turistas es cada
vez menor, la mayoría viene con el todo incluido y no gastan casi
nada en la oferta complementaria. No se ven los beneficios. Los
puestos de trabajo que se generan son estacionales y con bajos
salarios. A las empresas hoteleras tampoco creo que les vaya
divinamente con estas fórmulas y estos precios. ¿Quién gana
entonces? ¿Tal vez los touroperadores? No lo sé, pero con este
turismo pobre, de tan baja calidad seguramente no le va bien a
nadie.
En
la década de los 60 comenzó en España este fenómeno del turismo
de sol y playa y febrilmente se construían hoteles con mucha prisa
en Costa Brava, Costa del Sol, Mallorca e Ibiza, y también comenzaba
Gran Canaria y Tenerife, a veces el nuevo hotel estaba a falta de los
últimos detalles de terminación cuando ya los clientes estaban
llegando al aeropuerto. En aquellos tiempos el paquete turístico
constaba de pensión completa, con buenos precios, y además el
cliente hacía mucho gasto extra en el hotel y en la oferta
complementaria. Esa fue, indiscutiblemente, la época dorada de la
industria del turismo, pero cuando en los años 70 vino aquella gran
crisis del petróleo que afectó mucho al turismo, se empezó a
trabajar con la media pensión y con precios más bajos y se implantó
el servicio de bufet, que fundamentalmente eliminaba al 70% del
personal de restaurante, bajando significativamente los costes.
Así
hemos continuado, de crisis en crisis, bajando precios hasta llegar
a la actualidad con el todo incluído y por si fuera poco, los niños
gratis. El gasto medio por persona no para de bajar, o sea, que
vienen más turistas pero gastan menos.
Y
no hay que olvidar el daño al medio ambiente con el mayor consumo de
agua y electricidad y la generación de basura.
Es
por todo ello que la Administración debería estudiar la posible
implantación de una tasas turísticas por persona y día de
pernoctación.
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